Un antiguo pajar: La Calleja

En uno de nuestros posts, os contábamos la historia de La Calleja. A los pocos meses de que Laura y María abrieran sus puertas sabía que la historia no terminaría ahí, sino que continuaría.

Pasado un tiempo mis predicciones se cumplieron y Laura y María se pusieron de nuevo en mis manos para reformar el antiguo pajar.

Pues bien, quiero enseñaros el fruto de nuestro trabajo: dos habitaciones cada una con su baño y una bonita cocina, que desde un primer momento, tuve claro que debía tener un aire campestre.

Cuando reformamos la primera fase de La Calleja lo tuvimos más fácil, pues la casa conservaba pequeños detalles de antaño que nos iban guiando en nuestros pasos, y nos marcaban las pautas de estilo que debíamos conservar.

Sin embargo, el pajar era una estancia abierta, con a penas unas vigas de madera. Tuvimos que moldearla desde cero, pero teniendo muy en cuenta el aspecto primitivo de La Calleja. Con esta idea presente en todo momento en mi cabeza y con mucho mimo, el pajar de La Calleja quedó perfectamente encajado en el entorno.

Os presento la cocina, ideal con aire campestre.

El papel, sin lugar a dudas, es el verdadero protagonista de la misma. La rasilla de obra enmarca el fregadero, con un aire rústico, y la vitrocerámica; os comentaba tiempo atrás, en el post de los baños: los grandes olvidados, que la rasilla de obra abarata los diseños y queda ideal. Y fijaros también en la vitrina, impregnada de romanticismo con un toque francés.



 

Esta sencilla mesa es de Ikea.



Las cortinas son diseño de La Tienda de Marta.

En cuanto al menaje de la cocina, pensé que debía relacionar el color con el papel, el protagonista fundamental de esta cocina.



Estos pequeños detalles son producto de La Tienda de Marta y son los que dan criterio a las estancias en el día a día.

Este pequeño hall conduce a las habitaciones. Tanto el aplique como el espejo son de La Tienda de Marta. El cortinón es diseño propio hecho con una colcha antigua que pertenecía al ajuar de las propietarias.

Ahora quiero que entreis conmigo en los dormitorios, que proporcionarán descanso y relax a los peregrinos que se acerquen La Calleja. Pensé que cada habitación debería tener su propia personalidad adquirida por el color.

Esta es la azul. Una vez más, el papel pintado constituye una parte importante en la decoración de la estancia. Lógicamente, las colchas debían ir acorde con el papel y, dado que adquiere protagonismo por sí mismo, elegimos unos sencillos cabezales de forja, que aunque son vistosos, no hacen sombra al papel.

El baño, como no podía ser de otra manera, también va en tonos azules. En los dos baños se utilizaron muebles de La Tienda de Marta para ubicar las piletas.

Ahora, vamos a la habitación beige. Una vez más, el papel es importante, pero esta vez el impacto visual es provocado por el cabezal, diseño mío. Para vestir la cama escogimos colores neutros, en consonancia con el color de las paredes.

El baño está totalmente integrado en el estilo y color de la habitación.

Hace poco una de sus propietarias estuvo aquí y visionó esta nueva reforma, pero sus obligaciones como madre y esposa le condujeron de nuevo al país donde reside actualmente. Hoy quiero aprovechar este post para madarle un beso muy fuerte, desearle que disfrute de La Calleja desde donde esté y que presuma de ella, y decirle que la amistad no entiende de distancias.
A ti María, solo me queda decirte que lo sigas haciendo así de bien, te deseo todo el éxito del mundo!

" Caminante son tus huellas
el camino y nada más,
caminante no hay camino
se hace camino al andar;
al andar se hace el camino
y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
has de volver a pisar..."